Vídeo Silvia en Bosnia





Situada en el extremo sur de la Península de los Balcanes, la historia reciente de Bosnia-Herzegovina está fuertemente marcada por la Guerra Civil de 1992 que tras la declaración unilateral de independencia que supuso su salida y la caída de la antigua Yugoslavia, dando lugar al terrible conflicto que enfrento durante casi tres años a serbios, croatas y musulmanes. Recuperado de los horres de la guerra, hoy en día Bosnia se revela como un país en pleno auge turístico.

Organizar un viaje
Visitar los Balcanes es como realizar un viaje al pasado. Resulta verdaderamente difícil calcular el tiempo necesario para aprovechar al máximo nuestra estancia y conocer los principales rincones de las repúblicas que componen esta histórica región europea. Además de la capital, Sarajevo, las ciudades de Mostar y Visegrad se revelan como los principales destinos turísticos de Bosnia-Herzegovina. A medio camino entre Oriente y Occidente, Sarajevo se revela como una ciudad en pleno crecimiento en la que todavía pueden apreciarse muchas de las cicatrices que dejaron los constantes bombardeos que sufrió la capital durante el conflicto armado desarrollado entre 1992 y 1995. En contraste con los imponentes rascacielos del distrito financiero, las mezquitas, mercados y bazares del viejo barrió turco de Bascarsija son considerados como la quinta esencia de la capital bosnia. De igual manera, la transitada Plaza de las Palomas (Sebji), la Torre del Reloj y la zona administrativa de Centar, en la que se encuentran las oficinas administrativas del Estado, no pueden faltar en vuestro itinerario turístico por la "Jerusalén europea".

Con el paso de los años Mostar se ha coinvertido en la ciudad más visitada de todo el país. Su célebre puente de piedra, destruido por la artillería croata durante la guerra y posteriormente reconstruido al término de ésta, es el símbolo de la principal urbe de parte de Herzegovina. En la orilla derecha de la ciudad se encuentra la vieja ciudadela otomana, antiguo centro neurálgico de Mostar, en el que podréis disfrutar de un delicioso café turco mientras contempláis los vistos detalles decorativos que visten los muros e incluso el pavimento del histórico.

La ciudad de Travnik fue la ciudad más importante de Bosnia bajo el periodo de dominación otomano. La mezquita de Sulejmanija, los mausoleos y las tumbas de los visires, son el principal centro de interés turístico que presenta esta localidad.

Los restos de las antiguas fortalezas y castillos bosnios están ubicados en las regiones centrales del país. Si tienes la ocasión de visitar sus regiones no olvides realizar una excursión al monasterio ortodoxo de Liplje. En el extremo oeste de Bosnia, la antigua ciudad turca de Banja Luka, capital de la entidad autónoma conocida como República Srpska, sufrió un fuerte desgaste durante la guerra, reduciendo a escombros las cerca de cuarenta mezquitas que llego a albergar en sus días de máximo esplendor. Las antiguas ruinas romanas de Kastel, la iglesia de San Sava, el Museo Nacional y el parlamento de Banski Dvor, son algunos de los lugares más destacados que tendréis la oportunidad de visitar.

Los amantes de las emociones fuertes y de los deportes de riesgo encontrarán en Bosnia-Herzegovina un excelente lugar para practicar barroquismo y rafting. Los rápidos de Strbacki Buk se antojan como el mejor lugar de toda Bosnia para realizar este tipo de actividades. Durante los meses de abril y mayo sus aguas alcanzan el mayor grado de agitación, siendo el verano el periodo más recomendable para quienes prefieran no arriesgar demasiado.

Los viajeros que prefieran disfrutar de una experiencia más tranquila pero igual de refrescante, encontrarán las preciosas cataratas de Kravica, situadas entre las localidades de Studencia y Ljubuski, en la región de Herzegovina, uno de los paisajes naturales más bellos de todo el país, a tan solo 40 minutos en coche de Mostar. Cerca de este lugar se encuentra Martin Brod, un precioso pueblecito ubicado a escasa distancia de las cataratas del "pequeño Plitvice", en el que podréis visitar el famoso monasterio de Rmanj así como las ruinas de numerosos castillos.

De igual manera, los aficionados al esquí podrán poner a prueba sus habilidades en las estaciones de las localidades de Jahorina o Bjelasnica. El verano es el mejor momento para visitar los pequeños pueblecitos situados en las zonas montañosas del este del país y disfrutar de sus preciosos bosques y reservas naturales. El parque nacional de Sutjeska es uno de los más importantes de toda Bosnia. Se trata de la prolongación natural del famoso Durmitor de Montenegro, en el que los amantes de la Madre Naturaleza podrán contemplar las más diversas especies de flora y fauna locales dedicándole una excursión de al menos una jornada.
Información turística
Tras las fuertes inundaciones de 2014, los corrimientos de tierra son un factor de riesgo a tener en cuenta a la hora de visitar ciertas zonas del país. A consecuencia de este fenómeno, muchas de las minas instaladas durante la guerra han podido ser desplazadas. Se recomienda a los viajeros extremar las precauciones en las zonas de Posavina, Zenica, Doboj, el cantón de Tuzla y el cantón de Sarajevo, en donde las labores de limpieza anti-minas no finalizarán antes de 2019. Es mejor ser precavidos y caminar por las zonas asfaltadas. Existen carteles informativos avisando de la presencia de minas en ciertas áreas, pero no se trata de un fenómeno generalizado. Ante la duda, es mejor preguntar a los habitantes del lugar. A consecuencia de las inundaciones, el agua corriente no es apta para el consumo humano.

Las carreteras de Bosnia-Herzegovina son generalmente peligrosas y los locales conducen de una manera bastante peligrosa. En invierno, se desaconseja ponerse al volante por las noches debido a las placas de hielo y al escaso mantenimiento de las carreteras.

El conflicto armado de 1992 marcó fuertemente la historia de Bosnia y la percepción de sus habitantes. Tanto los bosnios musulmanes como los serbo-bosnios son muy sensibles a este tema, por lo que es preferible evitar hablar de ello, así como de la independencia de Kosovo.

Si tienes pensado viajar a Bosnia-Herzegovina prevé al menos una semana para poder visitar las principales ciudades y atracciones del país. A pesar de las dificultades para con el transporte, es preferible no concentrarse en una sola ciudad y decantarse por una estancia combinada.

El verano y la primavera son las mejores estaciones para visitar el país. En invierno las bajas temperaturas dificultan la visita de las zonas montañosas. Los meses de enero, febrero y marzo son los más indicados para la práctica de deportes de nieve.
Los pros
+A pesar de los conflictos surgidos por la supervivencia de varias religiones en el mismo territorio, el país se ha enriquecido con culturas muy distintas. Testimonio de esto es el arte y la arquitectura.
+Si no se tocan temas dolorosos, el contacto con la población es cálido y distendido

Los contras
-Atrocidades que atormentan la memoria y que si se evocan pueden acarrear graves problemas
-Infraestructuras destruidas, la existencia de terrenos minados prácticamente desconocidos y todas las consecuencias de una guerra civil que apostó por una "purificación étnica"