Vídeo Tifanny en Montenegro





Montenegro es un destino en pleno auge. Este pequeño país balcánico tiene un poco de todo, empezando por el único fiordo del Mediterráneo: las bocas de Kotor. Mundialmente conocidas, vale la pena desplazarse hasta Montenegro solo por verlas. De hecho, todo el litoral montenegrino forma un patrimonio arquitectural muy rico, con sus monasterios y ciudades fortificadas.

Pequeño país balcánico que aún no ha sido tomado por el turismo de masas, Montenegro podría ser el próximo destino por excelencia del Mediterráneo. Un tesoro escondido en la costa adriática, esta república se encuentra entre Croacia y Albania y ofrece una gran cantidad de monasterios ortodoxos y pueblos medievales conservados en un pequeño territorio de 296Km de costa. La naturaleza ha creado allí una verdadera maravilla: las bocas de Kotor, único fiordo del Mediterráneo, que se adentra hasta 28Km dentro de la tierra. Reconocidas como patrimonio mundial de la Unesco, las bocas de Kotor justifican por sí solas el viaje. La moneda local es el euro y es imposible no hacer referencia al lujoso hotel Aman Sveti Stefan, antigua zona de pescadores fortificada y construida sobre un islote de piedra, unido a la costa por un istmo de arena.

Cercado por montañas de unos 1000 metros de altura que acaban en el mar, las bocas de Kotor representan el lugar de mayor interés de la estancia en Montenegro. Se puede hacer esta ruta en 1 hora por carretera, visitando los pueblos de la zona, donde merece la pena hacer una para y disfrutar de un buen plato de pescado frente a las bocas de Kotor.

Budva es la estación balnearia más conocida de Montenegro, la cual atrae al 70% de la clientela extranjera que llega al ?Montecarlo adriático?. Su oferta: un puerto con varios yates dignos de ser amarrados en Cannes que contrastan con los barcos de los pescadores, una ciudadela acogedora y rodeada de murallas y playas de arena y calas, entre las cuales la más famosa es la de Becici, que está a pocos minutos de la ciudad. Ante esta se levantan una decena de hoteles de cierta altura que conforman una arquitectura poco respetuosa con la costa.

La estrella de la costa adriática es indudablemente Stevi Stefan, antigua ciudad de pescadores fortificada en el siglo XV, y construída sobre un islote de piedra. En 1960, bajo la imposición de Tito, la isla se convirtió en un hotel de lujo, símbolo del país y lugar por donde han pasado las personalidades más importantes a nivel político, artístico, etc. 50 años más tarde, la isla renación con la inauguración del Sveti Stefan por parte de uno de los grupos hoteleros más importantes del mundo.

Más lejos, si nos dirigimos hacia Albania, encontramos las encantadoras estaciones balnearias como Petrovac, con su playa cerrada por una fortaleza veneciana y Ulcinj, cercano a la frontera, que conserva la influencia otomana tres siglos después. En esta zona de la costa también hay que ver la ciudad fantasma de Stari Bar.

Una de las regiones más importantes es Tivat, puerta de entrada de las bocas de Kotor, en la que se encuentra un aeropuerto. ?Puerto Montenegro?, uno de los centros marinos más lujosos de Europa, denominado como el nuevo Montecarlo, que se encuentra en la bahía de Tivat. Las cadenas hoteleras de alto nivel se encuentran en esta enclave.

No hace falta alejarse de la costa para poder disfrutar de la montaña montenegrina. A media hora de Budva, la localidad de Cetinje, antigua capital de un reino efímero a principios de siglo XX, ofrece una escapada agradable sobre el camino del parque nacional de Lovcen, a 20Km del mar. El país cuenta también con otros parques naturales y el monasterio de troglodita de Ostrog, tallado en piedra y el lugar de peregrinaje más visitado de los Balcanes.
Información turística
En Kotor, la ascensión hasta la fortaleza de San Juan, a 280 metros por encima de la localidad, es ineludible. Tómate tu tiempo para subir los 1426 escalones que conducen hasta la ciudadela, y haz una pausa a medio camino para visitar la capilla que pusieron los supervivientes de una epidemia de peste en 1572. Llevará en torno a 1 hora de camino, hay que equiparse bien con agua y buen calzado, hasta alcanzar la cima desde donde se pueden disfrutar unas vistas incomparables. Además, por la noche los bares y discotecas de Kotor y Herceg-Novi son muy animadas.

Si haces una excursión a Dubrovnik, piensa que vas a estar parado en la aduana un mínimo de media hora y deberás pagar una tasa ecológica de 10 euros a la vuelta. Además el euro no es aceptado en Croacia a diferencia de Montenegro. Evita hablar de política, y en particular sobre la guerra de Slobodan Milosevic. Montenegro produce muy buenos vinos, sobre todo el vranac, un vino tinto delicioso.

Apresúrate a viajar a Montenegro, un país que ha sabido conservar sus tradiciones antes de que su costa se vea abarrotada y se convierta en la nueva Croacia. La mayoría de los vuelos se concentran en la época estival, y suelen tener como destino u origen el aeropuerto de Tivat, idealmente situado en las bocas de Kotor. Desde Podgorica será más largo el viaje hasta la costa. Muchos vuelos chárter van a Dubrovnik, que está a 45 minutos en bus de la frontera.
Los pros
+El litoral montenegrino y, en especial, las Bocas de Kotor.
+El patrimonio arquitectónico.
+La diversidad de los paisajes (lagos, montañas, gargantas, mar, etc.).
+La moneda es el euro.

Los contras
-Las infraestructuras hoteleras, todavía poco desarrolladas.
-Los precios son elevados.
-El recibimiento no es muy acogedor.