Video Diana en Francia



París, la ciu­dad de las luces, la ciu­dad del amor.  París, la ciu­dad de la moda, atrae a millo­nes de visi­tan­tes cada año con su ambiente inol­vi­da­ble. Por supuesto, una comida deli­ciosa y amplias colec­cio­nes de arte, tam­bién mere­cen su parte de reco­no­ci­miento. Los paseos apa­ci­bles por el río Sena que atra­viesa París, flan­queado por museos seño­ria­les, igle­sias cen­te­na­rias y edi­fi­cios de arqui­tec­tura rococó y neo­clá­sico diseño, junto con los árbo­les lle­nos de encanto y la aco­ge­dora luz de sus faro­las. Inte­rrum­piendo los paseos ado­qui­na­dos del Sena, los ele­gan­tes puen­tes pari­si­nos son increí­ble­mente bellos, pro­ba­ble­mente encon­tra­rás uno en tu camino hacia el mer­cado, una cafe­te­ría o un museo.

París acoge museos de clase mun­dial, la moda, la gas­tro­no­mía y un ambiente muy pro­pio, París es tam­bién una ciu­dad de «muchos esplen­do­res», como Ernest Heming­way recuerda en sus memo­rias, París era una fiesta. No dejes de visi­tar el Cen­tro Pom­pi­dou, dis­fru­tar de la pas­te­le­ría gour­met de París, las tien­das de alta cos­tura en los Cam­pos Elí­seos o las bou­ti­ques en Les Halles, dis­fru­tar de la vista desde lo alto de la Torre Eif­fel o, incluso, rea­li­zar una excur­sión al cer­cano Pala­cio de Ver­sa­lles. Pero lo que de ver­dad no debes olvi­dar en tu viaje a París es el sim­ple pla­cer de per­derte y  pasear por sus mara­vi­llo­sos arron­dis­se­ments (dis­tri­tos).

Trucos para evitar colas en la Torre Eiffel

Pue­des aho­rrar dinero y, sobre todo, tiempo de espera siguiendo estos tru­cos para evi­tar las colas de entrada a la Torre Eif­fel.

Lo más reco­men­da­ble es com­prar tu entrada online antes de via­jar a París. De esta forma con­si­gues una entrada que te dará acceso pre­fe­rente a la Torre Eif­fel y te evi­tará las colas, entrando direc­ta­mente sin espe­ras.

Ver artículo com­pleto: Torre Eif­fel sin colas, tru­cos para subir sin espe­ras

Cómo ahorrar dinero en París

Mono­prix
Esta popu­lar tienda de ali­men­ta­ción, sou­ve­nirs, per­fu­me­ría, ropa y mucho más, tiene casi todos los recuer­dos que pue­das ima­gi­nar de tu viaje a París a pre­cios real­mente bara­tos.
Comer de menú
Si quie­res sabo­rear la buena mesa de París, podrás dis­fru­tar de ella en el almuerzo cuando res­tau­ran­tes acla­ma­dos ofre­cen eco­nó­mi­cos menús a pre­cio fijo.
Cami­nar, cami­nar, cami­nar,…
La mejor manera de dis­fru­tar de París es cami­nar, y ade­más es el medio de trans­porte más barato para reco­rrer París.
París, cultura y costumbres

Un poco de savoir-faire, o de diplo­ma­cia, siem­pre ayuda en tu viaje a París. Trata de hablar el idioma fran­cés, aun­que sólo un bon­da­doso bon­jour (bue­nos días) o un bon­soir (bue­nas noches); a los habi­tan­tes de París les encanta y apre­cia­rán tu esfuerzo; lo con­tra­rio sería una des­cor­te­sía hacia los pari­si­nos. Si lo tuyo no es el fran­cés, siem­pre pue­des pedir ayuda edu­ca­da­mente empe­zando con un parlez-vous espag­nol (o ¿habla usted espa­ñol?). Lo impor­tante es trata de mez­clarse en la refi­nada sofis­ti­fi­ca­ción de la vida pari­sina en lugar de des­ta­car como un visi­tante rui­doso o mal edu­cado.

Hablando de mez­clarse…, París es, sin duda, la capi­tal mun­dial de la moda. ¡Deja tus mode­li­tos fas­hion en casa! Al fin y al cabo, todas las mar­cas, desde María Anto­nieta y Coco Cha­nel a Yves Saint Lau­rent y Chris­tian Lacroix… tie­nen sus orí­ge­nes en la moda de alta cos­tura, y París sigue con­tando con una gran influen­cia en la moda mun­dial. Con­si­dera la posi­bi­li­dad de ves­tir dis­cre­ta­mente a fin de pasar des­aper­ci­bido entre los pari­si­nos.
De restaurantes en París

Al igual que en muchas ciu­da­des inter­na­cio­na­les, París cuanta con una sobrada oferta de res­tau­ran­tes que sir­ven de todo, desde pla­tos de fusión asiá­tica a nou­veaux bis­tro. Y por­que Fran­cia inventó un estilo amplia­mente adop­tado de cocina, la comida en París es trè s bien. Busca los esta­ble­ci­mien­tos de lujo en el 1er arron­dis­se­ment (dis­trito 1), y en Marais, así como alre­de­dor de los Cam­pos Elí­seos y de la Torre Eif­fel. El  2ème arron­dis­se­ment tiene un gran número de res­tau­ran­tes y cafés bara­tos, como los de Mont­mar­tre.

Para una comida rápida, com­prar una baguette en una trai­teurs o dis­fru­tar de una rápida crêpe dulce o salada en una cre­pe­ría. Un chaud cho­co­lat (cho­co­late caliente), café crème (café con nata) y otras bebi­das se pue­den dis­fru­tar en cual­quiera de los muchos cafés y cho­co­la­te­rías que encon­tra­re­mos en París. Y si quie­res aho­rrar algu­nos euros, com­pra en super­mer­ca­dos y tien­das de barrio algu­nos ape­ri­ti­vos para comer durante el día. Abun­dan los bis­tros y bras­se­ries bara­tos, pero si quie­res tirar la casa por la venta y atre­verte con algo gour­met, tie­nes el res­tau­rante Plaza Athé­née, L’Arpège, Guy Savoy o L’Ambroisie, entre otros res­tau­ran­tes, caros pero deli­cio­sos.

La ela­bo­ra­ción de la comida fran­cesa es todo un arte. Incluso el arte de per­fec­cio­nar espe­cia­li­da­des fran­ce­sas (vino, queso, pas­te­les) son un reflejo del tiempo y la aten­ción puesta en la comida. Asi­mismo, per­sis­ten sobre el alto nivel de expe­rien­cia de la cocina fran­cesa, al darse cuenta de que el ali­mento está des­ti­nado a ser dis­fru­tado. Y recuerda, ¡los codos fuera de la mesa!

La mayo­ría de los res­tau­ran­tes y cafe­te­rías inclu­yen un recargo del 10 al 15% por el ser­vi­cio. Pue­des dejar pro­pina adi­cio­nal, si así lo deseas. Los taxis­tas por lo gene­ral espe­ran entre un 12 y un 15% de pro­pina, aun­que por lo gene­ral el redon­deo al euro más pró­ximo será sufi­ciente. La moneda que se usa en París y en toda Fran­cia es el euro.

Trucos de viaje en París

‘Parlez-vous Français?’

Los pari­si­nos ado­ran a su len­gua natal y les encanta que los extran­je­ros tra­te­mos de hablarlo. Bon­jour es hola, au revoir es adiós , s’il vous plaît es por favor, y merci es gra­cias.

El café se toma tranquilamente

Cuando pides un café en París, tómate tiempo para dis­fru­tarlo. Si estás bus­cando sim­ple­mente una rápida dosis de cafeína, pide un espresso o un café en el bar.

¡No te quedes sin billete!

Qué­date con tu billete de metro hasta que sal­gas de la esta­ción, a fin de que pue­das jus­ti­fi­car su com­pra. Se impo­nen impor­tan­tes mul­tas a aque­llos que via­jen sin billete.