Video Lucia en Austria



1.- Aunque sea verano, hay que llevar algo de ropa de abrigo en la maleta. Absolutamente imprescindible algún tipo de chubasquero ligero, porque la probabilidad de algún día lluvioso en un viaje de 4-5 días es cercana al 95%. Evidentemente si nuestro viaje es en invierno la ropa de abrigo es ya obligatoria y a ser posible con “fundamento”, porque vamos a afrontar temperaturas realmente frías, y cada vez más frías cuanto más alto vayamos a las montañas. Sinceramente, lo de Heidi bajando las montañas en invierno con un vestidito corto y una faldita, no es nada recomendable a menos que queramos saber lo que es una hipotermia.

2.- Aunque hemos ido tres veces a Austria, sólo hemos volado una vez a un aeropuerto austriaco, y sólo un trayecto. Con la cantidad de aeropuertos cercanos y compañías low-cost que hay, se puede viajar a Austria muy barato escogiendo entre los aeropuertos austriacos y los de países limítrofes. Como además es posible comprar trayectos suelto, es decir volar a la ciudad “a” y volver desde la ciudad “b”, el abanico de posibilidades en inmenso.

Si volamos a Bratislava y nuestro destino es Viena, la mejor opción es concertar un transfer privado con anterioridad por internet. Por 70-80 euros, un coche mercedes o similar nos recogerá y nos llevará a la puerta de nuestro hotel.

3.- En Austria los horarios son muy estrictos. Como botón de muestra, en pleno agosto en Salzburgo, en pleno festival internacional de música, ir a cenar a partir de las diez de la noche es pasear por una ciudad semifantasma y con un alto porcentaje de restaurantes cerrados. A partir de las once de la noche ya empieza a ser una misión imposible. Así que si no queremos quedarnos algún día sin poder comer o comiendo de lo que se pueda encontrar en una gasolinera o similar, vigilemos nuestros horarios.

4.- Los bombones de Mozart son todos iguales. Hay un par de variedades. Por lo que si queremos comprar como recuerdo y/o regalo, lo mejor es ir viendo tiendas y comprarlos en la tienda que lo tenga más barato. No hay una norma o patrón para saber dónde será eso. Si no es una de nuestras prioridades los bombones, podemos esperar al Duty Free del aeropuerto y comprar algo testimonial. Hay presentaciones de 4-5 bombones que pueden estar bien para regalar si no queremos gastarnos mucho.

5.- Si le tienes miedo a los perros o eres alérgico o simplemente no te gustan, en Austria vas a tener momentos no gratos. Especialmente en Viena en los restaurantes. A mí me encantan los perros, pero hay cosas que ya me parecen excesivas. Aunque parezca mentira, en Viena no es que los perros puedan estar junto con sus dueños debajo de la mesa en la que comen, es que hay veces que los sientan en las sillas, y me han llegado a comentar que hay personas que les ponen un plato más en la mesa para que coman. Supongo que será una leyenda urbana, pero…  Como recomendación si no se es amante de los perros es especificárselo al camarero y que nos pongan en algún lugar donde no haya perros, porque si los dueños de los perros austriacos no entienden, ni les sienta bien, que le digas algo acerca de su perro.

6.- Si vamos a usar el transporte público en las ciudades, es muy recomendable informarse antes de los bonos y descuentos, porque el billete simple que se le compra al conductor o en una máquina suele tener unos precios exagerados. En cambio, con los bonos sí salen muy bien de precio y tienen múltiples combinaciones que nos pueden ayudar a contener los gastos en nuestros desplazamientos dentro de las ciudades.

7.- En Salzburgo y Viena hay las clásicas tarjetas de ciudad. Las “Vienacard” y “Salzburgocard”. Curiosamente, mientras que la de Salzburgo es de las más interesantes de adquirir que hemos visto en Europa, por las múltiples posibilidades que ofrece y lo bien que resulta en cuanto a descuentos y visitas, la de Viena es de las peores. Prácticamente podríamos decir que la de Salzburgo es imprescindible y que la de Viena es completamente prescindible.

8.- Mozart en Austria es como Mickey Mouse en los Parques Disney, el personaje principal. Para ser sincero al tercer día estábamos de Mozart un poco hartos, más si cabe después de haber visitado la casa de Mozart en Viena, que puede que para los fans de Mozart sea, como diría Enrique Iglesias, “una experiencia religiosa”, pero que para nosotros fueron los 40 euros más estúpidamente gastados en un viaje que recordamos en mucho tiempo. Resumiendo, un poquito de Mozart puede estar bien, pero si no queremos hartarnos, yo dejaría la visita de Mozart para Salzburgo, que además es gratis con la Salzburgo Card.

9.- Si vamos a conducir por Austria. Las carreteras austriacas son muy buenas, yo diría que magníficas si tenemos en cuenta que es un país muy montañoso. Pero hay que tener en cuentas cosas como que la velocidad máxima permitida puede variar, en el mismo tramo de carretera de un día a otro, en función de la contaminación. Además, hay que tener en cuenta las limitaciones a la velocidad que las condiciones climatológicas pueden traer. La nieve y el hielo pueden apararecer casi sin previo aviso en los meses fríos, y la lluvia en cualquier momento en verano.

10.- Si vamos a una cervecería típica austriaca, es muy importante recordar esto: si nos preguntan si queremos la cerveza “pequeña” o “grande”, lo que realmente quieren decir es si la queremos “grande o muy grande”, normalmente se corresponde a medio litro y a un litro entero de cerveza. Por este motivo, otra recomendación muy importante es pedir también algo de comer, sobretodo si vamos con austriacos, porque dificilmente escaparemos con menos de un litro-litro y medio de cerveza en el cuerpo, y esas cantidades de cerveza sin nada en el estómago puede terminar con nosotros cantando el “Asturias Patria Querida” y el austriaco extrañado de lo poco que aguanta la bebida su amigo español.

En definitiva, estos consejos son para disfrutar aún más una visita turística a Austria. Aunque estamos convencidos, porque así nos ha ocurrido a nosotros, de que será un viaje muy bonito y que será recordado con cariño por toda la familia. Es un lugar seguro, con gente amable y educada y que salvo excepciones contadas, sabe tratar bien al turista y con un alto grado de profesionalidad.