Video Diana en Etiopia





Consejos para disfrutar del viaje a Etiopía sin correr riesgos ni sufrir incomodidades.

Si el viaje solo incluye el norte y el centro, se puede ir en cualquier época del año. Pero si queremos conocer las tribus del sur, algo que merece verdaderamente la pena, por lo insólito y por la impresionante naturaleza, es preferible evitar la temporada de lluvias, de junio hasta primeros de octubre. En estos meses hay riesgo de aguas torrenciales en los cauces y las pistas de tierra desaparecen. Sin embargo, la Etiopía polvorienta se vuelve especialmente limpia, verde y espectacular en tiempo lluvioso.

La celebración del Timkat, en enero, también es un buen momento para viajar a Etiopía. Nos encontraremos con más turistas, aunque nunca serán muchos.

Es importante que nos mentalicemos de que debemos rebajar nuestras exigencias de higiene y comodidad. Estamos en África. Si somos tolerantes y dejamos en nuestro país de origen al tiquismiquis que los europeos llevamos dentro, sabremos disfrutar de uno de los lugares más maravillosos del mundo.

Avión

No hay vuelos directos desde España, así que habrá que hacer, necesariamente, una escala en Londres, en Roma, en Dubai… La Ethiopian Airlines es una compañía segura y magnífica. Si no tenemos mucho tiempo para nuestro viaje, también tendremos que realizar algunos vuelos interiores.


La Ethiopian Airlines es la compañía más rentable de África.
Viaje.

De este modo se puede llegar al país con hoteles reservados (más o menos, en África siempre hay imprevistos) y con guías y todoterrenos ya contratados.

En cualquier caso, un viaje a Etiopía no debería durar menos de 15 días. El viajero siempre querrá volver.



Qué llevar

Es bueno cargar con la propia mosquitera, porque aunque suele haberla en la mayoría de hoteles y resorts, a veces es mejor no desplegarla por su dudoso estado de limpieza.

Hay que llevar Relec o un repelente insecticida fuerte. Las pastillas antimosquitos pueden ser útiles si hay dónde enchufar el utensilio que las alberga. Imprescindible: una pulsera antimosquitos y un par de collares antipulgas, que pueden colocarse en los tobillos, por encima del calcetín o el pantalón; así podremos vivir más tranquilos, porque hay bastantes insectos y, en muchas zonas, abundan las pulgas.

Es buena idea llevar una linterna y mejor si es de esas que se ponen en la frente; puede que en algunos sitios corten la luz por la noche.

Aunque hay muchas farmacias, no está mal llevarse un pequeño botiquín para no perder el tiempo y no arriesgarse. Si vamos a necesitar tampones, mejor llevarlos. También es útil tener toallitas húmedas y desinfectante de alcohol siempre cerca, porque los niños nos querrán dar la mano, tendremos que comer sin cubiertos a veces, los váteres en ocasiones están inimaginablemente sucios…

La ropa

Es aconsejable llevar prendas y calzado de colores tierras, beiges, ocres… Así no cambiarán de color a los cinco minutos de salir del hotel.

Conviene llevar un pañuelo o un fular siempre a mano; nos ayudará si hace sol, calor, frío y para protegernos del polvo si viajamos en jeep por las pistas del sur.

Unas buenas botas de trekking o zapatillas que nos permitan caminar cómodamente por campo y ciudad.

Los pantalones y camisas deben ser de tejidos ligeros, que se puedan lavar por la noche en el hotel y estén listos para la mañana siguiente. Es preferible esto a vaqueros y camisetas, que pesan más y se secan mal.

Hay que llevar un forro polar o alguna prenda de abrigo porque en la mayoría de las zonas hace fresco. Etiopía, pese a estar muy cerca del ecuador, es un país con grandes altitudes y suele hacer frío por la noche.

Unas chanclas de goma son útiles, no pesan y resultan prácticas incluso para ducharse con ellas puestas (hay que evitar riesgos).

Gorro, gafas de sol, crema solar…

En general, uno puede ir vestido como quiera, hay total libertad y tolerancia, pero en las iglesias se exige decoro. También hay zonas musulmanas, así que para no ofender ni molestar a nadie, siempre es preferible no llevar prendas escandalosas. Y lo mismo en cuanto a la ostentación: estamos en un país pobre.



Comida y bebida

Los menos atrevidos en materia gastronómica deben saber que en la mayoría de los restaurantes pueden encontrar pasta cocinada a la italiana y los platos habituales de la cocina internacional.

Como en cualquier viaje a un país con un nivel higiénico sanitario inferior al acostumbrado, se recomienda tomar los alimentos siempre cocinados, nada crudo, excepto las frutas que se puedan pelar, y beber agua mineral o refrescos envasados. Por cierto, hay unos mangos riquísimos y tirados de precio.

En Etiopía se elaboran muy buenas cervezas, que pueden encontrarse en todo el país, salvo en algún pueblo musulmán. La St. George es la más típica, pero hay otras, todas buenas y baratas. También elaboran vinos (que no voy a comentar).


Fotos

En general, la gente es muy amable. Cuando se les pide permiso para hacerles una foto, normalmente aceptan encantados. En las tribus más habituadas a los turistas suelen pedir una pequeña cantidad de dinero, que se negocia antes de disparar. En cambio, no quieren que se fotografíen sus rebaños de vacas, porque piensan que eso puede hacer que mueran.

Las tarjetas de memoria para la cámara son muy caras. No nos quedemos cortos y llevemos las necesarias. Etiopía es un país aislado, de difícil acceso por tierra y sin salida al mar, por tanto, casi todos los productos importados son caros.

Regalos y regateos

Los turistas son muy dados a regalar bolígrafos y otras cosas a los niños. Si uno desea llevar material escolar, es preferible entregarlo en una escuela, al maestro, antes que fomentar el pedigüeñismo infantil. También hay ONG que trabajan muy bien en Etiopía y a las que entregar donaciones, que les hacen mucha falta.

Si queremos ayudar al desarrollo, también hay lugares donde los niños y las mujeres fabrican artesanía; es una buena forma de apoyar su trabajo.

Imprescindible comprar café etíope.

Cuando uno viaja no es justo regatear hasta la muerte por un euro más o menos, ni ahorrar todo lo posible. Viajar es una forma de generar riqueza en el país que nos recibe, pero además conviene sembrar el buen rollo, hacer amistades y dejar tan buenos recuerdos como nos llevaremos. No seamos tacaños.

Seguridad

Es un país bastante seguro, con una libertad controlada. En ningún momento me sentí insegura ni tuve ningún incidente. Pude moverme sola sin problemas y con mis cámaras encima. Es verdad que en cualquier lugar del mundo, incluso en los países más ricos y supuestamente civilizados, puede ocurrir un problema, pero mi experiencia es de absoluta confianza.



Dinero

Hay muchos sitos de cambio de moneda, no solo en los bancos, y nadie intenta engañar al turista. Está bien llevarse los euros que vayamos a necesitar, e ir cambiando a su moneda, el birr, sobre la marcha. Las tarjetas solo se utilizan en hoteles o comercios importantes. A menudo, los billetes están roñosos y hay quienes se niegan a aceptarlos, ¡aunque te los hayan dado en el banco!

La vida no es cara, pero hay que tener en cuenta que los precios para los faranji (los extranjeros) son mucho más elevados y no suelen estar dispuestos a regatear.



Desplazamientos

En las ciudades conviene tomar taxis, son muy baratos y seguros. Para excursiones o viajes en todoterrenos.

Un touroperador local para organizar circuitos una vez dentro del país: Red Jackal, teléfonos: +251 11 155 99 15 y + 251 11 15605 59.

Libros recomendados

Antes de viajar a un país tan diverso y con una historia tan rica como Etiopía, es recomendable leerse algún libro. Deviaje tiene una librería de libros de viajes con un buscador por países. Imprescindibles estos dos: «Rendición o hambre», Robert D. Kaplan, Ediciones B y «Dios, el diablo y la aventura», Javier Reverte, Debolsillo.

Vacunas

Hay que ponerse la de la fiebre amarilla. Ojo, hay que ponérsela, porque puede que nos pidan la cartilla en el país de destino. Aparte, se recomiendan las habituales como tifus, hepatitis A y B, y tétanos. Y conviene tomar profilaxis contra la malaria si se visitan zonas de riesgo. Lo mejor es ir al médico de cabecera o a un centro de Sanidad Exterior (tel.: 91 529 82 10) o de Vacunación Internacional autorizado para que nos asesoren.

Otras recomendaciones

Como en todos los viajes: llevar una o dos fotocopias del pasaporte en sitios distintos, por si lo perdemos. Esto facilitará la copia en caso de pérdida o robo.

Si vamos por libre: dejar una copia del itinerario a algún familiar, y avisar de los vuelos que cogeremos.

Es un país seguro, pero si somos un poco paranoicos y viajamos solos, podemos registrar nuestro viaje en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores.