Video Fernanda en San Sebastian
San Sebastián, el último refugio de la Belle Époque
San Sebastián (Oficialmente Donostia) no sólo es el orgullo guipuzcoano o el ojito derecho de Euskadi. No es raro escuchar de que probablemente se trate de la ciudad más hermosa del país. Todos son palabras bonitas para una ciudad que tuvo su apogeo en el siglo XIX cuando se convirtió en lugar de baños y buena vida de monarcas o aristócratas. La Reina Regente de España Maria Cristina, viuda de Alfonso XII, veraneó durante tres décadas en San Sebastián, hospedada en el bello palacio de Miramar frente a la playa de la Concha, la cual se convirtió en el santo y seña de una moda que para nada fue pasajera. Así Donostia se recubrió de lindos palacetes, adornos decimonónicos y se abrió a los lujos de la época sin perder el carácter bonachón y apacible de una ciudadanía que veía cómo su ciudad se iba haciendo más grande.
San Sebastián
Hoy San Sebastián no se ha conformado con tener un entramado urbano adorable que no le quita la vista al mar. Es, de pleno derecho, una ciudad innovadora, vanguardista, con el mayor número de Estrellas Michelín por metro cuadrado y una serie de clásicos en los que, con cuadrilla o sin ella, se pueden vivir un buen número de experiencias magníficas que nos convertirán en donostiarras de pro. Es ahí donde los viajeros, paseantes fortuitos y propios ciudadanos se vuelven esenciales en un decorado en el que nunca se retiran las cortinas ni se hace mutis por el foro. Ni si quiera cuando en este escenario teatral caen chuzos de punta y no sale el sol en un mes. La razón es que Donosti es mucho Donosti…
Mis consejos para primerizos sobre qué ver y hacer en San Sebastián – Donostia
Si venimos en coche lo mejor es buscarle sitio en un parking lo antes posible porque no lo vamos a necesitar (céntricos Kursaal, La Concha, Okendo, Boulevard o Buen Pastor, aprox 24€ todo el día). San Sebastián es una ciudad para hacerla completamente a pie. Si comienzas tu andadura por el centro todo está a una distancia asequible y lo máximo que necesitaríamos es tomar el funicular del Monte Igueldo para disfrutar de unas vistas espectaculares de la bahía. Donosti está hecha para quienes les gusta caminar.
Puerto de San Sebastián - Donostia
Una vez allí os propongo 10 cosas que ver o hacer en San Sebastián en una escapada de uno o dos días. Obviamente a todo no da tiempo en un solo día, pero nos vale si estamos algo más de tiempo o regresamos a la ciudad. Estas son:
1. Recorre la playa de la Concha de arriba a abajo y de abajo a arriba
La Concha se ha ganado a pulso ser la playa urbana más hermosa de Europa. Es, con seguridad, el alma marítimo más puro y emblemático de Donostia. Tiene 1300 metros hasta su frontera con el Palacio Miramar y la Playa de Ondarreta. El paseo marítimo que podemos comenzarlo, por ejemplo, en el consistorio municipal (el viejo casino) o en el propio puerto se caracteriza por su elegancia medida en los blancos de la barandilla diseñada por Juan Rafael Alday y las más de 100 farolas (todas ellas diferentes) que jalonan nuestro camino. Son exponentes del modernismo y la elegancia que a comienzos del siglo XX comenzaba a dibujar una ciudad cuya fama ya traspasaba fronteras.
Playa de La Concha (San Sebastián)
El paseo que allí hacemos, ya sea en el suelo de piedra o en la arena de la playa (cuando la marea lo permite) es fabuloso y nos permite ir descubriendo las formas y maneras de una ciudad que se mira cada día en este auténtico espejo del mar Cantábrico.
Playa de La Concha de San Sebastián
2. Siéntate y busca el horizonte en uno de los bancos del palacio Miramar
En la frontera exacta entre La Concha y Ondarreta surge un montículo completamente verde en el que se ubica un precioso edificio de arquitectura clásica inglesa conocido como Palacio Miramar. Sirvió como residencia de verano de la Reina Maria Cristina y otros miembros de la familia real desde 1887 para casi un siglo después ser vendido al Ayuntamiento de San Sebastián ( actualmente sirve como sede de los Cursos de verano de la Universidad del País Vasco y el Centro Superior de Música). Diseñado como un auténtico “cottage” británico, se trata de uno de los edificios con mayor personalidad de la ciudad, el cual además da nombre a todo un parque repleto de árboles donde la gente acude a pasear, a relajarse o a practicar deporte.
Palacio Miramar de San Sebastián
Junto al palacio hay varios bancos desde los cuales se divisa La Concha, Ondarreta y la frondosa isla de Santa Clara. Recomiendo sentarse en uno de ellos (si el tiempo no lo impide) y quedarse mirando la complejidad de la bahía. Menudo regalo para la vista, ¿no es así?
Rebeca en un banco del parque del Palacio Miramar de San Sebastián
3. Observa cómo se peina el mar en Ondarreta
Cuando la playa de Ondarreta se funde con la última frontera terrestre de la Bahía de la Concha tenemos a nuestra disposición una de las obras maestras del escultor vasco Eduardo Chillida. Se trata de un conjunto de 3 grandes piezas de aceros sobre las rocas titulado “El peine del viento” que lleva limpiando los horizontes del Cantábrico más de tres décadas. Un jocoso Chillida pronunció en una ocasión que “el mar tiene que entrar en San Sebastián ya peinado”, tras contemplar la fuerza de las olas ondulando sus crestas y atusando la espuma blanca haciendo chispas sobre la rompiente.
Peine del viento (San Sebastián)
El peine del viento es un punto de reunión de los donostiarras que caminan hasta el final del paseo marítimo para encontrarse cómo el océano embravecido se vuelve pura belleza desde unas gradas hechas con el objeto de presenciar grandes espectáculos. Este lugar es el mar envuelto en papel de regalo. Un lugar donde los ojos nunca se cierran para escuchar cantos en euskera fundiéndose con las rocas.
4. Sube en funicular al Monte Igueldo y disfruta de las vistas
En funiculares que llevan funcionando desde 1912 se sube a lo más alto del Monte Igueldo. Tiene un coste realmente económico (3´15 € ida y vuelta, salen cada cuarto de hora y abren a diario, salvo en invierno que cierra los miércoles) y nos permite acceder a las mejores terrazas panorámicas desde las que contemplar y fotografiar a la perfección la Bahía de la Concha. Tanto si el día es soleado como si no, merece la pena llegar hasta aquí, aunque sea sólo por disfrutar de las vistas y comprender cómo se estructura la bella ciudad de San Sebastián.
Panorámica de San Sebastián desde el Monte Igueldo
Además hay un parque de atracciones ideal para familias con niños pequeños y un torreón de aspecto medieval que funcionó como faro durante un largo tiempo. No pocos catalanes que visitan la ciudad hacen sus comparativas con Barcelona asegurando que esta parte del Monte Igueldo sería algo así como el Tibidabo de Donosti. Eso es a gusto del visitante. Un parque de atracciones en la cumbre y un paraíso para quienes anden buscando las que probablemente se traten de las mejores vistas de la ciudad.
Torreón del Monte Igueldo (San Sebastián)
5. Enamórate del encanto de la parte vieja de San Sebastián con una de las fachadas barrocas más delicadas en Europa
Antes de que nos dejemos llevar por la parte vieja de las tascas, la buena cocina y los insustituibles pintxos donostiarras todavía tenemos ocasión de graduarnos la vista con detalles deliciosos del barrio más típico de la ciudad. En la parte vieja tendríamos, por ejemplo, una plaza como la de la Constitución con balcones numerados que nos recuerdan los tiempos en que hizo de coso taurino. Aquí resuena cada año la mítica tamborrada en fiestas, aunque es uno de los puntos de encuentro preferidos de los donostiarras antes de salir en cuadrilla a por buen vino y el goce de hacer suyos los pintxos de la calle del 31 de agosto.
Parte vieja de Donosti
Para los amantes del arte hay que decir que hay un eje (Loyola-Hernani-Calle Mayor) que enfrenta dos conjuntos religiosos imprescindibles para comprender San Sebastián. A un extremo la Catedral del Buen Pastor, de estilo neogótico y cuyas torres se ven desde cualquier parte de la ciudad. Y al otro, el el casco viejo, la Basílica de Santa Maria del Coro, con una fachada en barroco – rococó extraordinaria que ilumina la Calle Mayor desde bien entrado el siglo XVIII (aunque forma parte de un templo medieval anterior).
Basílica de Santa Maria del Coro (Donostia)
6. Vete de pintxos por la parte vieja
Hacer turismo está muy bien. Pero es cierto que es muy cansado. Para reponer fuerzas y vivir la quintaesencia donostiarra lo mejor es observar lo que hace la gente cuando llega la hora de comer (o más bien del aperitivo), salir de pintxos. La parte vieja tiene tal densidad de bares por metro cuadrado que uno no sabe por dónde empezar. Lo mejor es ver si hay gente dentro y dejarse seducir por una barra bien dispuesta de verdaderas obras de arte gastronómicas que acompañar con un txikito (pequeño vaso de vino) o un zurito (corto de cerveza) como es tradición.
Sele de pintxos en San Sebastián
Hay tascas donde hacen pintxos que van desde lo tradicional hasta lo más vanguardista. De lo más económico a lo más caro. Eso ya depende de nuestros gustos (y nuestro bolsillo), aunque lo mejor es que hay muchas y muy buenas alternativas donde convertir el irse de pintxos en una de las mejores experiencias durante nuestra escapada a San Sebastián.
Bar Gandarias de San Sebastián
Empezar por la calle del 31 de agosto es buena idea porque allí hay lugares con mucha solera para ir de pintxos. Uno de mis favoritos tanto por el género como por el trato amable y cercano a los clientes es el Gandarias (C/ 31 de agosto, nº23) así como Atari Gastroteka (C/ Mayor 18, frente a la Basílica de Santa Maria) con un diseño muy atractivo. En Bar Zeruko (C/ Pescadería 10) realizan auténticas maravillas gastronómicas en forma de pintxos con lo mejor de la cocina moderna donostiarra. Pero este ya es de matrícula de honor. No sé si hago bien recomendándolo…
Pintxos en Donostia
En la variedad está el gusto y necesitaremos de un número ilimitado de viajes a Donosti para poder decir eso de dónde probar los mejores pintxos de la ciudad. Si consultamos la página www.todopintxos.com podemos encontrar muchísimos más, ya que es una guía super útil y fresca donde pocas o muy pocas maravillas gastronómicas en miniatura se les escapan. Ideal para preparar una ruta de pintxos por San Sebastián y no morir en el intento. Afortunadamente nosotros tuvimos la suerte de que nuestra amiga donostiarra Anne Vadillo nos llevara a probar unos cuantos sitios (¡Muchas gracias!) Y es que conocer lugares de la mano de un local siempre aporta cosas buenas.
7. Descubre los edificios de la San Sebastián más romántica de la Belle Époque
La sombra de la Belle Époque en Donostia es alargada. Muy rápidamente nos damos cuenta de que parece que nos encontramos en la París del siglo XIX con tan sólo observar unas cuantas fachadas o pasear por alguno de los bulevares de la ciudad. Un ejemplo muy claro es en Ayuntamiento de San Sebastián, ubicado en lo que era un antiguo casino donde se movían las fichas de los ricos de medio mundo. Empezó a funcionar en 1897 hasta que se prohibió el juego en 1924. Ahí dejó de ser “Montecarlo” para ser utilizado como casa consistorial.